Es posible presentar todo un legajo de objeciones en contra del liderazgo pastoral por medio de un cuerpo de ancianos. Sin embargo, para el cristiano que confía en la Biblia, el interrogante clave es: ¿Es bíblico el liderazgo pastoral ejercido por un cuerpo de ancianos? Tanto Pablo como Pedro ordenan que los ancianos de la iglesia pastoreen al rebaño de Dios (Hechos 20:28; 1 Pedro 5:1,2; ver Tito 1:5). No tenemos derecho, entonces, a eliminar el gobierno de ancianos ordenado por Dios. Sin embargo, es justamente eso lo que la mayoría de las iglesias han hecho, al transferir las instrucciones sobre el cuidado de la iglesia local a un pastor profesional que trabaja solo y de quien los ancianos son subordinados. ¿Dónde en el Nuevo Testamento encontramos referencias a un pastor ordenado (reverendo o clérigo) acompañado por ancianos que actúan como consejeros? ¡No existe ninguna! Sólo se habla de ancianos que se desempeñan como pastores.
Con todo, debemos admitir que la mayoría de las iglesias dirigidas por clérigos tradicionales tendrán dificultad para implementar un liderazgo pastoral por medio de un cuerpo de ancianos reconocidos, si es que logran hacerlo. Poner en práctica el liderazgo bíblico requiere dos condiciones. La primera, que la iglesia local y sus líderes estén firmemente convencidos de que esta forma de gobierno por medio de ancianos es enseñanza bíblica. La segunda, que la iglesia local esté decidida a hacer los cambios necesarios a nivel personal, aunque sean difíciles, a fin de hacer que la nueva forma de gobierno funcione para la gloria de Dios.
Estas dos condiciones, por supuesto, son esenciales cuando se implementa una doctrina o práctica bíblica difícil y poco familiar. Si preguntásemos a la gente: “¿Funciona el matrimonio?”, muchas personas responderían que parece no funcionar. ¿Deberíamos descartar la institución del matrimonio y buscar algo mejor? ¡No! La institución del matrimonio es la voluntad de Dios para la raza humana, tal como lo revela su Palabra. De modo que para que el matrimonio funcione, tenemos que estar convencidos de que es una enseñanza bíblica, y luego, tenemos que comprometernos a hacer que funcione. Sólo entonces el matrimonio podrá funcionar. Las mismas condiciones se aplican a la puesta en práctica del liderazgo bíblico. Necesitamos creer que es escritural y comprometernos a hacer que funcione de manera eficaz, con la ayuda de Dios.
Sin duda, incorporar el liderazgo pastoral de ancianos a la congregación local no es el remedio universal para todos los problemas de una iglesia. El liderazgo de ancianos genera sus propias dificultades, y es preciso entenderlas y encararlas continuamente. Sin embargo, si se implementa adecuadamente, esta forma bíblica de gobierno permite a la iglesia llegar a ser lo que Dios dispuso que fuera, estimula el desarrollo espiritual de los hombres que lideran la familia de la iglesia, y honra la enseñanza de la preciosa Palabra de Dios.