Ministerio de grupos pequeños

Los apóstoles y ancianos del primer siglo eran “solucionadores de problemas”. Al enfrentar las necesidades de la gente y confrontar errores doctrinales, tuvieron que hacer preguntas muy difíciles y luego trabajar juntos delante del Señor para encontrar y aplicar buenas respuestas. Pastorear la grey de Dios hoy también genera muchas preguntas. Buenas preguntas tales como:

  • ¿Cómo podemos promover calidad en la comunión de la asamblea?
  • ¿Cómo podemos entrenar a los futuros ancianos?
  • ¿Cómo podemos estimular a los jóvenes a considerar el pastoreo de la grey y no solamente la enseñanza?
  • ¿Cómo podemos alcanzar los vecindarios que están a cierta distancia de la Asamblea?
Como siempre, aunque existen respuestas, no son fáciles. Y al dedicar tiempo en la Palabra de Dios, en oración y en la comunión unos con otros, Dios puede dirigir a la Asamblea en formas bíblicas y eminentemente prácticas.

Una idea que ha ayudado a algunos grupos a tratar estas preguntas es mediante un ministerio de grupos pequeños en la asamblea. Para el beneficio de aquellos que quizás no estén familiarizados con los grupos pequeños, tomemos tiempo para considerar sus características sobresalientes.

En este artículo procuraremos dar una descripción breve de lo que implican los grupos pequeños y dar alguna ayuda bíblica para el principio en que se basan. En los artículos futuros, consideraremos sus metas fundamentales, sugerencias de cómo proceder, y finalmente de una mirada a las bendiciones y los problemas potenciales.

La idea de pequeños grupos o de subgrupos reunidos para un propósito especial no es ni nueva ni infrecuente. Las reuniones de los ancianos y las reuniones de maestros de escuela dominical sirven como ejemplos. En esencia, un ministerio de grupos pequeños es algo más que algo bueno ya conocido. La reunión de algunas personas como amigos donde todos pueden participar proporciona un contacto personal esencial para los pasos de progreso en el crecimiento de individuos. El centro del método de discipulado de Juan Wesley en los años 1700, era proveer cuidado pastoral a grupos de 10 personas.

Pero ¿qué dicen las Escrituras? Muy pronto, en el viaje de Israel en el desierto, Jetro, el suegro de Moisés observó la tensión que recaía sobre Moisés en su intento de llevar solo las cargas de una multitud. Él le sugirió delegar el trabajo entre aquellos que gobernaban (o capitanes) de mil, de cien, de cincuenta y de diez (Éxodo 18). La idea era incluir a otros que podían pastorear grupos de más pequeños. Algunos escritores muy buenos han sido críticos del consejo de Jetro. Pero con el respeto adecuado a su posición, creo que es mejor mirar favorablemente la sugerencia de Jetro porque él indicó claramente “si esto hicieres, y Dios te lo mandare…” (Versículo 23) Las referencias a la existencia continuada de estas tareas a través del resto del Antiguo Testamento refuerzan las palabras de Jetro que “Tu podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar”.

Sin duda, el Señor Jesús siguió este plan. Muy temprano en su ministerio terrenal leemos en Lucas 6:13 una declaración crucial que muchas veces podemos pasar por alto “y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles”. Solo basta con leer los Evangelios para ver cuenta que el Señor Jesús dedicó la mayor parte y concentración de su ministerio a los doce. Él tenía muchos seguidores, pero su enfoque principal era con un grupo pequeño.

Antes de alimentar a los 5000, el Señor dio las instrucciones que la multitud se sentara en “grupos, de cincuenta en cincuenta” (Lucas 9:14). Es muy significativo que, incluso con una fuente ilimitada de pan, se tuvo cuidado de que nadie fuera pasado por alto, y esto sin mencionar lo útil que esta distribución en grupos seria para los que servían. Evidentemente, el Señor sintió que esto se podría hacer mejor en grupos más pequeños. ¿Será esto una “indirecta” que puede ayudar en nuestra alimentación “espiritual” de la grey de Dios?

Cuando la iglesia comenzó y miles fueron salvados en Jerusalén, encontramos que las reuniones de creyentes se dieron en dos esferas: “y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas…” (Hechos 2:46; 5:42). Algunos han sostenido que estas referencias a los hogares se limitaban a familias en singular, sin embargo, esto no es probable porque, en el antiguo cercano oriente, con mucha frecuencia, las familias extendidas vivían juntas en una casa, así que las funciones espirituales no se confinaban solamente a un lugar de reunión central. De hecho, escribiendo hacia el cierre de sus largas y fructíferas labores, Pablo recordó a los ancianos de Éfeso “Os he enseñado públicamente y por las casas” (Hechos 20:20.) Es interesante observar que unos 25 años después de Pentecostés, Pablo continuaba con la práctica iniciada en sus días primitivos, de ministrar a las personas en grupos grandes y pequeños; en reuniones públicas y privadas.

El acceso a los hogares de los creyentes para instruir y animar es vital para el pastoreo de la grey. Algunas actividades de la iglesia, tal como la predicación de la Palabra, funcionan bien en reuniones grandes o pequeñas. Pero, como veremos en artículos futuros, existen otras funciones como la comunión, que son mucho más eficaces en la configuración íntima de un número pequeño.

 
By Jack Spender

Adaptado de Apuntes para Ancianos

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